martes, 22 de julio de 2008

nuncapasónada

El parador de carretera, el calor, el rio. Las moscas asediando la botella, la mano que las espanta, la mosca rebelde que vuelve, la mano la espanta, vuelve y así pasan los minutos bajo el sol del medio día. Calor infernal, el carro, la carretera, el bus que pasa.

Quince minutos y las mejillas coloradas se van llenando de goticas diminutas. Nada, nada pasa. Ni siquiera un viento extraviado. Las hojas no se mueven, la tierra no se inmuta. La mosca sigue volando, se para sobre el pitillo, la mano la espanta. Y así.


Terminaste? Vámonos que estoy cansado, quiero llegar rápido, quiero bañarme, quiero hacerte el amor.

Y se ríe y se humedece la boca.

El viento, el sol, la carretera, el bus que antes pasó. La ventana , el viento, la curva, el freno. La mirada, la mano, el beso en los nudillos. Su boca, su risa, sus ojos.

Mierda! Y no pasa nada. Nunca pasa nada.


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