martes, 23 de septiembre de 2008

olainidisajag

No hay nadie, solo, en un taxi después de una noticia que te alcanza a romper un poco. Piensas en el futuro y en lo que puede ser. Nadie tiene nada seguro, nadie puede creerse en la cima todo el tiempo. Los momentos son sagrados y más los momentos felices. Y mientras se reúnen los pensamientos en el cuello de botella que tienes en la cabeza, empiezas a sentir unas ganas irrefrenables de juntar tus antebrazos con su espalda muy fuerte. Falta poco, ya vas llegando.

domingo, 21 de septiembre de 2008

breverecuento

Miércoles: esconde el alma.

Noche, trago, todos. Nadie, noche, trago. Vienen, ok. Alma. Entras, no hay nadie y piensas que la noche va a ser un fracaso. Vámonos, hay que hacer refill, se me sube a la cabeza. Refill, toma. Tomas, tomas. La noche empieza a lucir un poco mejor, ella también.

Vamos de nuevo, la música suena, me llena. Me lee la mente, las ponen todas. Baila, baila. Shut up and let me go. Canta, salta. Baila. Delicioso. I ain't freakin', I ai n't fakin' this. Just dance, gonna be ok. ¿Cuál es el nombre de este sitio? No importa, sólo baila. Es fugaz y no pasa nada, pero pasa todo y siento lástima por alguien más. Desaparecen. Cojámos un taxi, hay que dormir tres horas. Mañana hay que trabajar.

Jueves: Mosh.

Red Bull. Mierda, funciona. Trabajas, trabajas con muchas ganas porque tiene que salir todo perfecto. Hace más cosas de las que normalmente haces y todo al final sale bien. Esta noche también promete. Vámonos, es allí nada más.

Entras sin mayor esfuerzo. Ves la multitud y empiezas a encontrarte con un montón de caras conocidas. Te metes a esa masa humana y te encuentras con unos ojos que no te quitan la mirada. La blusa magenta, el pelo rubio y el aro en la nariz. Te encuentras con más gente y bailas. Cerveza que parece agua porque no hace nada. Bailas y te desconectas por instantes. La música es buena. Pensé que aquí no hacíamos esto. Espera, volteas y ahí está el rostro entre la multitud, mirándote directamente como si te conociera mejor de lo que te conoces a tí mismo.

Corte.

Un corrientazo incípido. Vuelves al montón y ves el acto central. M.o.s.h. Buenísimo. Vámonos. Espera. Ella baila. No, no baila: te baila sólo a tí y huele delicioso. Por qué no decirle? Y te mira. Y sientes que te desbarata un poco con los ojos, pero decides que no, que hoy no. Caminas por la Calle Real a las 4 de la mañana y te arrepientes. Podrías ir caminando con ella de la mano. O a lo mejor ni eso.

Viernes: la carne.

Hoy de nuevo. Estoy cansado. Quiero ir a dormir, pero las reglas parecen no permitirlo. En dónde... cumpleaños de alguien. La compañía de siempre. Indispensables. Se te sube un poco a la cabeza, llegas y le echas más leña a una incipiente fogata. Desparece la conciencia. Terminas comiendo en un sitio delicioso atendido por una cara conocida. Es delicioso, es borroso, pero delicioso. Carne, sólo carne. Y vas a dormir porque el cuerpo no te da. Volver al felpudo gris.

Sábado: la sequía.

La luz quema. Abres los ojos y amaneces ciego. Mierda, otra vez ciego. Te levantas y tomas conciencia de todo. Revisas que no te falte nada. Perfecto. El sol, hermoso. La montaña verde contorneada. Caminemos, hay que ir por un granizado. Sientes como si hubieras llenado tu boca con aserrín. Caminas borroso por el ojo izquierdo. Llegas, esperas 15 minutos y tomas café congelado. Los aprecias, de veras los aprecias.

Tengo que irme. Partes, quisieras dormir un poco mientras vas por la Calle Real con el sol pegándote en la cara en complicidad con el viento. Llegas y sales de nuevo. Recuperas la vista y te vas otra vez.

Caminas, caminas. Llegas y todo el mundo está punta en blanco. Saludas y te llenas de satisfacción cuando ves a la primera de tu caterva que ya consiguó lo que todos han estado buscando durante cinco años. Te quedas hasta el final y juegas a ser evidente. Miras miradas. Esperas.

Vas, duermes. Por fin duermes bien.

martes, 16 de septiembre de 2008

elgolpe

Me duelen el cuello, la espalda y un pie. Tengo la visión borrosa y la mente descentrada. También tengo fotos, muchas fotos en la cabeza. Comparando alturas, la caída fue como desde 3 pisos, de pronto un poquito más. Lo cierto es que el golpe fue duro y lo recibí con la cara. No regrets. Lo volvería a hacer a ver si de pronto esa vez alcanzo a volar.


sábado, 13 de septiembre de 2008

dirty

Todavía me acompaña ese olor. En este momento se me mete por la nariz y lo único que quiero hacer es quitármelo de encima. La luz amarilla, el ladrillo, la calle adoquinada. ¿Tengo que darme duro para tocar ese fondo del que habla el de las realidades paralelas?

Mañana voy a caer desde 10 metros (literal) y espero que al menos el golpe me despierte y me haga reaccionar.

viernes, 12 de septiembre de 2008

memoriaolfativa

Antes de volver al salón lleno de corbatas a ver a Kevin Mitnick, me encontré en un sitio al que volví sin estrés y sin la sensación de que tenía a alguien respirándome en la espalda. Granizado y una chica que no veía hace mucho y con quien nunca había sostenido una conversación por más de cinco minutos, así me la encontrara casi a diario durante años.

Y en ese sitio que le compite al señor de la mula, pero que es un poco más acartonado, empecé a tener una alucinación auditiva. Empecé a pensar que de tanto escuchar esa canción la estaba reproduciendo repetidamente, ob-se-si-va-men-te, con altísima calidad en mi cabeza.

Pero lastimosamente no. GaGa sonaba por los parlantes de la tienda de café. "Gonna be ok... Just dance..." y tuve que hacer el comentario, ese comentario fuera de lugar que dice "yohabléconellayesunhit", ante la mirada que no entendía pero que olía a Paris Hilton.

Volver al salón de paredes rojas y nombre poco original. Ver a un tipo con cara de tío buena gente demostrar con unos tecleos que Internet es inseguro y tener el perfume que recuerdo en mi almohada a mi lado durante dos horas.

Hoy yo mismo me "hackié" la memoria auditiva y olfativa. Y el perfume se disipó con un adiós y un "miramitarjeta". Ella es queridísima, de verdad agradable, pero el olor que llevaba me hacía pensar en alguien más que seguro está ahora muy muy lejos y detesté en el momento.

Hoy creo que la vida es una colección de olores, sonidos y sabores. Sensaciones de piel suave y piel mojada. Sólo basta con estrellarse con algo que haga click en la memoria para devolverse estrepitósamente, y en un milisegundo, a un instante del que ni siquiera había rastros concientes pero que evidentemente está al alcance de un beat o un roce.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

paparazzi

Miércoles con pinta de tres lunes seguidos. Al menos tuve dos viernes en la semana por adelantado. GaGa a todo volumen, a todo volumen. Pa-pa-paparazzi. De cualquier manera, terminé un poco azul.

martes, 9 de septiembre de 2008

marnes

Ayer murió, reencarnó hoy y no al tercer día. Hoy fue viernes de nuevo en medio de la sorpresa de un martes que suele ser un día tedioso, con el tufo trasnochado del día más maldito de la semana: el lunes. Hoy llovío por pedacitos lo que parecían gotas en pedacitos. Lluvia delgadita pero que moja poco a poco. Y que puede llegar a ser fastidiosa.

Estuve en un taller lleno de madera y con un olor penetrante a laca en aerosol que se disipó al minuto. Fingí lo que tal vez me hubiera gustado hacer después de la sonrisa de bienvenida de los carpinteros y un apretón de manos contundente que se sintió carrasposo pero con cariño. En serio, sentí el cariño de este tipo cuando me saludó. Se nota que es feliz haciendo lo que hace. O al menos hoy lo estaba.

Me encanta que me paguen por sobar la vida. Me encanta que me paguen por hacer lo que me gusta y me encanta que los días sean tan diferentes, uno del otro, que se confunden los días de la semana.


lunes, 8 de septiembre de 2008

luernes

Hoy fue un lunes con pinta de viernes. Al menos no llovió. Hubo gases y policía. Las dinámicas cambiaron mucho y la indiferencia no se notó a la hora del almuerzo. Afortunadamente todo parecía normal. Desconsiderados manifestantes! Invadir la santa paz de una zona que nunca le ha hecho daño a nadie. Cómo se atreven a tomarse el Parque de la 93? Cómo pueden violentar la verde grama donde secretarias y oficinistas se echan a "reposar" el almuerzo? Mal, deja mucho que desear de la gente que manifiesta.

De todos modos hoy fue un lunes con pinta de viernes en el que yo tampoco fui indiferente a la muestra pacífica. Cuando iba pasando en la mañana por el parque, fui considerado y le bajé el volumen al iPod para escuchar qué era lo que gritaba esa turba en la mitad de ese potrero yupi. Pero sólo vi unas personas en silla de ruedas y una decena de viejitos con sombrero.

De todos modos algo tuvieron que haber hecho, porque no creo que la exageración policiaca fuera injustificada: más ESMAD que manifestantes y dos tanquetas parqueadas donde se suelen estacionar ilegalmente camionetas de escoltas. Hoy era viernes: la policía estaba faranduleando.

boitedereception

Y pensar que ella, la de la foto sonriente, la del trago en la mano, la que abraza a otro, la que parece distraída asusta peor que un espanto a ese que hurga y hurga donde nada se le ha perdido. Que mal que yo ya ni sienta eso, que ni me asuste, que no me produzca ni siquiera un retorcijón. Que mal que los recuerdos se hayan borrado de una manera tan escanadalosa, igual que como se aferraban. Los lugares empiezan a ser simples lugares y los recorridos traen nuevas anécdotas. Que mal que olvidemos y que a medida que pasan los días, como si la cabeza fuera un Outlook, las vivencias se archiven automáticamente y no nos acordemos de ellas hasta que escarbamos y escarbamos y nos damos cuenta de que no significan nada. De que nunca significaron nada.


sábado, 6 de septiembre de 2008

nowilovegaga

Hablar con ella fue lo mejor que me pasó esta semana.


Y se une a MGMT y Dragonette en la lista de razones para hacer lo que promulga Sabina: dance til the morning sun.

gonnabeok

La Séptima, el frío. Una noche que no se va a poder recuperar y las sombras proyectadas sobre la otrora Calle Real, por la 84. Y caminar y caminar. Nada pasa, nada pasó hoy y seguramente no va a pasar nada en la próxima hora. La 80 y nada. Pasan buses hacia el norte, pero para el sur nada. Ciudad desesperada. Nada, no pasa nada. Sólo hace frío y seguimos caminando.

La 72, ya llegamos a la 72. Ya casi. Puede que de aquí para adelante sí pase algo. Pero nada. Lina´s, los edificios, la Chile. Y seguimos y hablamos y la vida es igual de aburrida para los dos esta noche. Querer que pase algo interesante simplemente aleja esa posibilidad de manera escandalosa. Mira, sigue la peliroja ahí estrellada. Está fea.

La bomba, cuando yo veo esa bomba sé que ya casi llego a la universidad. Pero todavía estamos lejos y vamos a pie. ¿Taxi?... ¿Para qué? In Vitro, debimos haber entrado ahí. Y el segundo piso se ve rojo desde la calle. La gente ya está saliendo. Hey, y no pasa nada! Y al lado pasan dos seres rarísimos que hacen que se me suba todo, dejan de caminar, nos miran y por alguna razón no hacen nada. Esta es la noche de la nada.

La 53 y la decandencia. Borrachas, borrachos. Schweppes. Dos Schweppes, por favor. Faltan diez mil. Sí, le di veinte.

Y el frío sigue y la conclusión, seguro, es no dejarse tratar mal nunca de nadie. No pasó nada 40 cuadras y 40 minutos después. O seguro todo se resume en eso, en la conversación en el andén, en acostarme en un sleeping sobre el nuevo tapete del apartamento con futuro conceptual. Es eso, que la memoria engaña con algunos recuerdos confusos, pero cuando la realidad se vuelve latente en los sueños y sientes eso que ya no sentìas hace mucho (y que pensaste se había muerto) crees que es benéfico.

Y abro lo ojos y no tengo resaca, ni sed. Sólo ganas de salir porque hay un sol deslumbrante después de una semana llorosa.Y el calor es sinónimo de cielo azul pintado de nubes blancas delgaditas. Y la pensadera se me pasa escuchando mi nuevo "number one"... Just dance... Gonna be ok...