Despertarse. La sed. Y estar dos segundos confundido por no saber en dónde carajos estás. Y abres los ojos y miras alrededor. Y te encuentras con el mismo cuerpo en las mismas sábanas. Y lo contemplas y casi-lo-amas. Y su calor te embarga, pero te duele. Sabes que no durará mucho el instante. Todo hasta que abra los ojos y no sea más el espejismo que sueña, sino la pesadilla idealizada.
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2 comentarios:
ultimamente andas de un onirico absurdo Jean...
despertares juan, puros despertares
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