Me cae como dos cortinas del cielo y me aplasta. No me deja mover y sin embargo contemplo el cielo raso maravillado. Ahí, pintado boca arriba, está mi pasado. Y cuanto más lo miro, más lo amo. Veo mi historia plasmada en el techo. Espero que algún día pueda llegar a tocar el dedo de la divinidad.
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1 comentario:
Espero lo mismo.
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