Y aquí vengo cuando me debería ir. Digo que sí cuando mejor debería decir que no. Segundos desde tu ascensor a la estación, cómo podría decirle que no a esa invitación? Conoces a mis amigos y yo a los tuyos. No dices nada de mí, no digo nada de tí. Y aquí vengo, aquí vengo, Martina.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario