Después de la incinuación viene lo evidente. ¡Qué incípida es! ¿Cómo pude estar tanto tiempo ahí? Vamos, que no es nada del otro mundo y lo encantador se ve opacado por esa horrible elección por eso o lo otro.
Esperemos que la noche se convierta en un delirio y al menos pase algo interesante. Terminar volcado en la autopista o volver a despertarme con un perfume que no reconozco.
Noel, noel...
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