Hoy, por fin, he enrumbado mi vida. Hoy he decidido que se puede hacer más y que la vida puede ser aún más complicada. Hoy empecé a leer mis primeros dos libros para nutrir de teoría, importantísima, mi tesis. Después de dos colaboraciones en tan magna tarea, me dispongo a hacer lo propio con lo propio: lo mío. Esperemos que la emoción dure y que esos domingos de resaca y "yoquécarajoshagoaquí" se conviertan en divertidas jornadas frente al laptop en la cama llena de libros, anotaciones y medias sin dueña.
Esperemos que en diciembre la desgraciada esté vencida y me regale su rendición para navidad. Que la motivación no sea otra que la de recuperar mis domingos para hacer lo que no puedo: nada.
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